Esta es la primera carta escrita por el apóstol San Pedro quien fue uno de los primeros discípulos de nuestro Señor Jesucristo.
1:23 Pues habéis renacido, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre, 24 porque:
«Toda carne es como hierba
y toda la gloria del hombre como flor de la hierba;
la hierba se seca y la flor se cae,
25 mas la palabra del Señor permanece para siempre.»
Y ésta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada (RVV95).
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